Estudio bíblico personal:
1914: año muy importante en las profecías bíblicas
¿Qué enseña realmente la Biblia?
APÉNDICE
1914: año importante en las profecías bíblicas
ANTES de 1914, un grupo de estudiantes de la Biblia estuvo anunciando por varias décadas que en ese año tendrían lugar sucesos significativos. ¿Qué sucesos serían? ¿Qué pruebas demuestran que 1914 fue un año muy importante?
En Lucas 21:24 encontramos estas palabras de Jesús: “Jerusalén será hollada [o pisoteada] por las naciones, hasta que se cumplan los tiempos señalados de las naciones”, o “los tiempos de los Gentiles”, según la versión Reina-Valera de 1865. Jerusalén era la capital de la nación judía. Desde allí gobernaba una línea de reyes de la casa real de David (Salmo 48:1, 2). Estos reyes eran distintos de los demás líderes nacionales porque se sentaban en “el trono de Jehová”, es decir, eran representantes de Dios (1 Crónicas 29:23). Así pues, Jerusalén simbolizaba el gobierno que ejerce Jehová.
Entonces, ¿cómo y cuándo comenzaron las naciones a pisotear el gobierno de Dios? Esto ocurrió en el año 607 antes de la era común (a.e.c.), cuando los babilonios tomaron Jerusalén. “El trono de Jehová” quedó vacío, y se interrumpió la línea de reyes que descendían de David (2 Reyes 25:1-26). ¿Se mantendría “hollada” a Jerusalén para siempre? No, pues en el libro profético de Ezequiel se da esta orden a Sedequías, el último rey de esa ciudad: “Remueve el turbante, y quita la corona. Esta [...] no llegará a ser de nadie hasta que venga aquel que tiene el derecho legal, y tengo que dar esto a él” (Ezequiel 21:26, 27). La persona con “el derecho legal” a heredar la corona de David es Jesucristo (Lucas 1:32, 33). Por lo tanto, Jerusalén dejaría de ser “hollada” cuando Jesús se convirtiera en Rey.
¿Cuándo ocurrió este gran suceso? Jesús indicó que los gentiles (es decir, los no judíos) gobernarían por un tiempo, o período, señalado. El capítulo 4 de Daniel da la clave para saber su duración. Allí se relata un sueño profético que tuvo un rey de Babilonia llamado Nabucodonosor. En el sueño vio cómo cortaban un árbol enorme. Solo se dejaba su base, la cual se ataba con hierro y cobre para que no creciera. Luego, un ángel ordenaba: “Pasen siete tiempos sobre él” (Daniel 4:10-16).
En la Biblia, los árboles en ocasiones representan gobiernos (Ezequiel 17:22-24; 31:2-5). Por lo tanto, el hecho de que se cortara el árbol simbólico significa que quedaría interrumpido el gobierno de Dios, el cual estaba representado por los reyes de Jerusalén. Sin embargo, la visión también anunció que “Jerusalén” sería “hollada” temporalmente: durante “siete tiempos”. ¿Cuánto duraría en realidad ese período?
Revelación (o Apocalipsis) 12:6, 14 indica que tres tiempos y medio son “mil doscientos sesenta días”. Por lo tanto, “siete tiempos” durarían el doble: 2.520 días. Ahora bien, las naciones no judías no dejaron de pisotear el gobierno de Dios tan solo 2.520 días después de la caída de Jerusalén. Queda claro que esta profecía tiene que extenderse por mucho más tiempo. Si buscamos Números 14:34 y Ezequiel 4:6, veremos que los dos textos mencionan una regla: “un día por un año”. Si aplicamos esa regla a los “siete tiempos”, tenemos 2.520 años.
El período de 2.520 años comenzó en octubre del 607 a.e.c. —cuando los babilonios tomaron Jerusalén y quitaron del trono al rey descendiente de David— y terminó en octubre de 1914. Fue entonces cuando concluyeron “los tiempos señalados de las naciones” y cuando Dios colocó a Jesucristo en su puesto de Rey celestial (Salmo 2:1-6; Daniel 7:13, 14). *
Jesús predijo que durante su “presencia” como Rey celestial se producirían sucesos espectaculares, tales como guerras, hambres, terremotos y epidemias (Mateo 24:3-8; Lucas 21:11). Y así ha sido. Estos sucesos son una prueba convincente de que en el año 1914 nació el Reino celestial de Dios y comenzaron “los últimos días” de este mundo malvado (2 Timoteo 3:1-5).
Amigas y amigos bienvenidos, espero que la información sobre cada uno de los temas tratados en el blog les sea muy interesante para ustedes.
ResponderEliminarCon ese fin ME HE PROPUESTO BUSCAR Y TRAER HASTA AQUÍ UN BUEN NUMERO DE COMENTARIOS PERSONALES RELACIONADOS CON CADA TEMA.
*Y usted particípenos su comentario, y gracias.
Izvc
(De Yahoo respuestas)
ResponderEliminarTe envío información sobre los sucesos de 1914.
1914: un año de marcada importancia... ¿por qué?
¿DÓNDE estaba usted para el año 1914? ¿Contestaría usted: ‘No había nacido aún’? Pero hoy día hay unos cuantos millones de personas que todavía pueden recordar el año 1914.
En 1914 Mary cursaba su último año de escuela secundaria, estaba aprendiendo alemán, y esperaba seguir una remuneradora carrera como maestra de escuela. Aquel verano, antes de ir a la universidad, ella se hallaba en los campos de la finca de su padre, la cual estaba ubicada en la costa nordeste de los Estados Unidos, quitando gusanos de la brillante piel de los tomates que estaban madurándose, mientras que al otro lado del mundo, en Sarajevo, una bala disparada por un asesino acortó bruscamente la vida de un archiduque austriaco. Ésa fue la chispa que provocó el estallido de la I Guerra Mundial. Cuando Mary oyó las noticias acerca de la guerra, pensó: ‘¡Se ha hecho realidad! ¡Se ha realizado precisamente lo que estaban diciendo los Estudiantes de la Biblia; 1914 va a ser un año de marcada importancia!’.
Mary no fue la única persona que se sintió así con respecto a los acontecimientos mundiales. El 30 de agosto de 1914 apareció el titular llamativo “Fin de todos los reinos en 1914”, publicado en la página cuatro del suplemento dominical de The World, uno de los principales periódicos de Nueva York. “El tremendo estallido de guerra en Europa ha cumplido una profecía extraordinaria —declaró ese artículo principal—. Durante el cuarto de siglo pasado, por medio de predicadores y por medio de la prensa, los ‘Estudiantes Internacionales de la Biblia [testigos de Jehová]’, a quienes se conoce mejor como ‘Auroristas Milenarios’, han estado proclamando al mundo que el Día de la Ira profetizado en la Biblia amanecería en 1914. ‘¡Tengan cuidado con 1914!’, ha sido el lema de centenares de evangelizadores viajeros que, en representación de este credo raro, han viajado por todo el país enunciando la doctrina de que ‘el Reino de Dios se ha acercado’.”
Sea que usted haya estado vivo en aquel año o no, 1914 debe significar para usted más que una mera hoja del almanaque, arrugada y amarillenta por los años, o un titular en una ajada página de revista. Es un año trascendental que tiene que ver con su vida hoy día.
¿Por qué es 1914 un año de marcada importancia?
¿Cómo supieron los testigos de Jehová, más de 30 años antes, que 1914 sería una fecha importante para la gobernación divina? Aunque los Testigos no entendían en aquel tiempo toda la repercusión que tendrían los acontecimientos que estaban a punto de ocurrir, desde diciembre de 1879 la revista Watch Tower (hoy La Atalaya, en español) había señalado a 1914 como una fecha de marcada importancia con relación a la profecía bíblica. Y en el número de marzo de 1880 de la revista Watch Tower se enlazó la gobernación del Reino de Dios con el fin de lo que Jesucristo llamó “los tiempos señalados de las naciones” o “los tiempos de los gentiles” (Lucas 21:24; Versión Valera, revisión de 1977). En ese número se dijo: “’Los Tiempos de los Gentiles’ se extienden hasta 1914, y el reino celestial no tendrá pleno dominio antes de esa fecha”.
¿Qué se quiere decir con la expresión ‘Tiempos de los Gentiles’, o “tiempos señalados de las naciones”? ¿Y qué relación hay entre éstos y el Reino de Dios? Para contestar esas preguntas, examinemos más de cerca las palabras de Jesús. Él dijo: “Jerusalén será pisoteada por las naciones [gentiles], hasta que se cumplan los tiempos señalados de las naciones [gentiles]”. (Lucas 21:24.)
(continúa)
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Eliminar¿Qué se quiere decir con “Jerusalén”? Ese nombre señala al Reino de Dios. ¿Cómo lo sabemos? El Israel de la antigüedad fue el pueblo escogido de Dios desde 1513 a. de la E.C. hasta el siglo primero de nuestra era común (Éxodo 19:6; Mateo 23:37, 38). Jehová organizó a los israelitas bajo un gobierno teocrático típico, o gobernación ejercida por Dios. Jerusalén llegó a ser la ciudad capital. Fue allí que, a partir de David, se sentó “sobre el trono de Jehová” la línea de reyes ungidos por Dios. Ellos gobernaron como reyes para Jehová (1 Crónicas 29:23; 2 Crónicas 9:8). La Cyclopaedia de M’Clintock y Strong declara: “De Jerusalén se había hecho la residencia imperial de los reyes de todo Israel; y el Templo, frecuentemente llamado ‘la casa de Jehová,’ constituía al mismo tiempo la residencia del Rey de reyes, el cabeza supremo del estado teocrático”.
¿Cuándo y cómo fue pisoteada Jerusalén por los gentiles? El pisoteo comenzó en 607 a. de la E.C. ¿Cómo? Mediante el final abrupto de la dinastía davídica. El rey Sedequías fue destronado; y la ciudad de Jerusalén, destruida por oleadas de babilonios invasores bajo el mando de Nabucodonosor. La Biblia había predicho en Ezequiel 21:26, 27 esa brecha en la línea davídica de reyes, al decir: “Quita la corona [...] ciertamente no llegará a ser de nadie hasta que venga aquel que tiene el derecho legal, y tengo que dar esto a él”. La gobernación de Dios había quedado sometida a restricción hasta que terminaran “los tiempos señalados de las naciones”. Por lo tanto, los Tiempos de los Gentiles era un período en que las naciones gobernarían sin que Jehová Dios tuviese un gobierno que representara su gobernación en la Tierra.
Cuando terminaran los Tiempos de los Gentiles, Jehová había de dar el poder de gobernar a Aquel “que tiene el derecho legal”, Jesucristo. Por consiguiente, 1914 señalaría el tiempo en que Cristo había comenzado a gobernar como Rey en el Reino celestial de Dios, y puesto que su gobernación llega hasta este día, le atañe a usted.
¿Cómo se hicieron los cálculos de cronología que señalaron a 1914? El número de junio de 1880 de la revista Watch Tower explica: “El largo período de 2520 años y su amarga experiencia bajo el dominio de las bestias, (gobiernos humanos, Dan. vii.) está claramente representado en Dan. iv. por los ‘siete tiempos’ de Nabucodonosor y la amarga experiencia que tuvo entre las bestias”. Así que tenemos que volver al sueño desconcertante del rey babilonio, para trazar su línea de cronología hasta 1914.
Modelo profético
Jehová, por medio de sus profetas, siempre ha dado a su pueblo un modelo profético que seguir. “Porque el Señor Soberano Jehová no hará ni una cosa a no ser que haya revelado su asunto confidencial a sus siervos los profetas”, declara Amós 3:7. Por ejemplo, hace más de 4.000 años Noé fue el mensajero especial de Dios. Jehová dio a Noé una advertencia profética de la destrucción por agua que había de venir a aquel mundo inicuo (Génesis 6:3; 7:4). Lo que ocurrió en aquel entonces fue también un modelo de una futura destrucción de los impíos durante la invisible “presencia del Hijo del hombre”, Jesucristo (Mateo 24:37-39). Así que no debería parecer extraño que lo que Daniel trazó respecto a la gobernación mundial de Nabucodonosor —su pérdida y su recobro del poder— fuera también una ilustración en pequeña escala de los cambios que habría en la dominación mundial teocrática por el Rey ungido de Dios.
¿Qué vemos cuando examinamos el modelo profético que aparece en Daniel 4:10-17? El gigantesco árbol que llegaba a los cielos representa gobernación divina. El árbol fue cortado cuando el Reino de Dios de Judá, con su capital en Jerusalén, cayó en 607 a. de la E.C. Después que pasaron “siete tiempos” en que las naciones ejercieron gobernación bestial, las dos ataduras de metal restrictivas fueron quitadas y la gobernación divina fue restaurada cuando Jesucristo comenzó a gobernar en 1914 como Rey en el gobierno celestial de Dios.
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EliminarUn día por un año
¿Cómo sabemos que los “siete tiempos” son 2.520 años? Los cálculos se hacen de modo similar a los que hizo C. T. Russell, primer presidente de la Sociedad Watch Tower, en 1877 y que se hallan registrados en el libro intitulado The Three Worlds (Tres mundos), del cual Russell fue coautor. Así es como se hacen los cálculos: En el capítulo 12 de Revelación, versículos 6 y 14, aprendemos que 1.260 días equivalen a “un tiempo [es decir, 1 tiempo] y tiempos [es decir, 2 tiempos] y la mitad de un tiempo”, o un total de 3 1/2 tiempos. De modo que “un tiempo” equivaldría a 360 días. “Siete tiempos” serían 360 multiplicado por 7, o 2.520 días. Ahora bien, si contamos un día por un año, de acuerdo con una regla bíblica, los “siete tiempos” equivalen a 2.520 años (Números 14:34; Ezequiel 4:6). Por lo tanto, la duración de los “siete tiempos”, los Tiempos de los Gentiles, se extienden desde 607 a. de la E.C. hasta 1914 E.C.
¿Qué razones hay para creer que el sueño profético del árbol que tuvo Nabucodonosor se extiende hasta nuestro siglo XX y se cumple en el Reino de Dios? He aquí una razón: Gran parte del libro de Daniel tiene que ver con profecías que se cumplen en la gobernación mundial y el Reino de Dios en un tiempo posterior a la vida de Daniel. Lea, por ejemplo, el capítulo 2 de Daniel. En éste se describe una imagen hecha de varios metales que representa una sucesión de potencias mundiales que son pulverizadas. ¿Qué las pulveriza? ¡El Reino de Dios (Daniel 2:44)! O lea el capítulo 7 de Daniel, donde se ve la sucesión de gobiernos mundiales como bestias salvajes que salen del mar y finalmente son reemplazados por una sola gobernación. ¿Cuál? ¡El Reino de Dios (Daniel 7:14)! O lea los capítulos 11 y 12 de Daniel. En éstos, un rey del norte y un rey del sur se siguen poniendo a prueba uno al otro en una batalla por la supremacía mundial hasta que son derrotados a manos del Príncipe Miguel (Daniel 12:1). ¿Quién es este Miguel? ¡Jesucristo, el que gobierna en el Reino de Dios!
Por consiguiente, el año 1914 fue de marcada importancia por una muy buena razón. Indicó el comienzo de la gobernación justa de la Tierra por el Reino de Dios. Significó que se acercaba la destrucción de los inicuos. Señaló a “los últimos días” de este sistema de cosas impío (2 Timoteo 3:1). Dio la señal para empezar la cuenta regresiva hasta el comienzo de la justa Tierra paradisíaca.
robertoaliciaailen · hace 1 década